GLorca 17
Por Antonio Díaz Fotos:GLorca Los restos arqueológicos de la sinagoga del siglo XV localizada en el castillo de Lorca hace tres años y una de las casas que compusieron la judería en la ciudad medieval serán conservadas e integradas en un museo que garantizará su preservación futura y que se convertirá en un nuevo espacio en el que lorquinos y turistas podrán reencontrase con el pasado En nuestro número anterior dedicamos un extenso reportaje a analizar la presencia judía en la Lorca medieval, una presencia teorizada por muchos pero que solo pudo ser constatada con la localización, en el año 2003, de los restos arqueológicos de un barrio sefardí compuesto por varias casas y de una sinagoga del siglo XV, única en España por su buen estado de conservación y por la disposición exclusiva de algunos elementos.
Ese hallazgo en el subsuelo de la sierra de El Caño, donde se levantó el castillo de Lorca entre los siglo XII y XIV va a ser conservado para siempre y convertido en un museo. Por encargo del Instituto de Turismo de España, a través la empresa Turespaña, que construye el parador nacional de turismo en la alcazaba, los arquitectos Silvia Sánchez y Diego García-Setién de la firma Grupo Entorno, trabajan ya en el proyecto, asesorados por los arqueólogos Andrés Martínez y Juan Gallardo que serán comisarios del futuro museo..
La sinagoga se sitúa a escasos metros de la ermita cristiana dedicada a la advocación de San Clemente y está literalmente excavada en el terreno -lo que ha permitido su fosilización y conservación hasta la actualidad- y reproduce algunos elementos típicos de los templos hebreos como un vestíbulo, un oratorio y un graderío específico para mujeres; una amplia superficie que permitió que
albergara sentados a unos 70 fieles durante el rito de lectura de la Torá. Una de sus singularidades es el hecho de que conserva elementos del estrado y la vía sacra que conducía al mismo y que se ubican en zonas del templo diferentes a las de construcciones similares existentes en Siria y Palestina.
El museo que albergará este espacio se integrará en el futuro parador de turismo del castillo, bajo el que la sinagoga estará protegida por un contenedor de 43 metros de largo por 27 de ancho, con una superficie total de más de mil metros cuadrados y una altura que oscilará entre los cinco y los 2'10 metros. Este embalaje protector mantendrá un temperatura constante para evitar que los cambios térmicos afecten a los restos arqueológicos y sacará ventajas de algunos de los problemas que supone la integración del yacimiento en el parador, como la falta de luz natural, la escasa altura y los desniveles naturales del terreno.
Así, los arquitectos han diseñado un espacio minimalista con nuevos planos del suelo, que se adaptará al discurrir de la visita museográfica, y de los techos que ayudarán a interpretar desde el punto de vista espacial lo que fue la antigua judería, todo ello bajo una cuidada iluminación artificial que permitirá resaltar los aspectos más importantes del tesoro arqueológico judío y recrear su antiguo volumen mediante cortinas de luz.
GLorca 18
Los arquitectos han diseñado un espacio minimalista con nuevos planos del suelo, que se adaptará al discurrir de la visita museográfica, y de los techos que ayudarán a interpretar desde el punto de vista espacial lo que fue la antigua judería, todo ello bajo una cuidada iluminación artificial que permitirá resaltar los aspectos más importantes del tesoro arqueológico judío y recrear su antiguo volumen mediante cortinas deluz
El museo que albergará este espacio se integrará en el futuro parador de turismo del castillo, bajo el que la sinagoga estará protegida por un contenedor de 43 metros de largo por 27 de ancho.
En el caso de la sinagoga se utilizará fibra óptica para simular y definir el perímetro que tuvo el templo semita y la escenografía lumínica servirá también como recurso expositivo, mediante el uso, por ejemplo, de cajas de luz retroiluminadas. La luz remarcará también cambios temáticos en la visita y definirá el recorrido del visitante, que será además ilustrado con otros elementos intangibles como proyecciones sobre la vida de la colonia sefardí en Lorca, música de la época y aromas que envolvieron la presencia judía en el municipio.
El proyecto de musealización de la sinagoga y de la casa número siete de la judería no son aún definitivos, y están sujetos a nuevos estudios y a posibles cambios, algunos de ellos derivados de la posibilidad de que el templo vuelva a ser usado en algún momento como zona de culto para la comunidad judía, que ya ha expresado tal deseo a las autoridades municipales y autonómicas.
En la sinagoga se utilizará fibra óptica para simular y definir el perímetro que tuvo el templo semita y la escenografía lumínica servirá también como recurso expositivo, mediante el uso, por ejemplo, de cajas de luz retroiluminadas.
Por Antonio Díaz Fotos:GLorca Los restos arqueológicos de la sinagoga del siglo XV localizada en el castillo de Lorca hace tres años y una de las casas que compusieron la judería en la ciudad medieval serán conservadas e integradas en un museo que garantizará su preservación futura y que se convertirá en un nuevo espacio en el que lorquinos y turistas podrán reencontrase con el pasado En nuestro número anterior dedicamos un extenso reportaje a analizar la presencia judía en la Lorca medieval, una presencia teorizada por muchos pero que solo pudo ser constatada con la localización, en el año 2003, de los restos arqueológicos de un barrio sefardí compuesto por varias casas y de una sinagoga del siglo XV, única en España por su buen estado de conservación y por la disposición exclusiva de algunos elementos.
Ese hallazgo en el subsuelo de la sierra de El Caño, donde se levantó el castillo de Lorca entre los siglo XII y XIV va a ser conservado para siempre y convertido en un museo. Por encargo del Instituto de Turismo de España, a través la empresa Turespaña, que construye el parador nacional de turismo en la alcazaba, los arquitectos Silvia Sánchez y Diego García-Setién de la firma Grupo Entorno, trabajan ya en el proyecto, asesorados por los arqueólogos Andrés Martínez y Juan Gallardo que serán comisarios del futuro museo..
La sinagoga se sitúa a escasos metros de la ermita cristiana dedicada a la advocación de San Clemente y está literalmente excavada en el terreno -lo que ha permitido su fosilización y conservación hasta la actualidad- y reproduce algunos elementos típicos de los templos hebreos como un vestíbulo, un oratorio y un graderío específico para mujeres; una amplia superficie que permitió que
albergara sentados a unos 70 fieles durante el rito de lectura de la Torá. Una de sus singularidades es el hecho de que conserva elementos del estrado y la vía sacra que conducía al mismo y que se ubican en zonas del templo diferentes a las de construcciones similares existentes en Siria y Palestina.
El museo que albergará este espacio se integrará en el futuro parador de turismo del castillo, bajo el que la sinagoga estará protegida por un contenedor de 43 metros de largo por 27 de ancho, con una superficie total de más de mil metros cuadrados y una altura que oscilará entre los cinco y los 2'10 metros. Este embalaje protector mantendrá un temperatura constante para evitar que los cambios térmicos afecten a los restos arqueológicos y sacará ventajas de algunos de los problemas que supone la integración del yacimiento en el parador, como la falta de luz natural, la escasa altura y los desniveles naturales del terreno.
Así, los arquitectos han diseñado un espacio minimalista con nuevos planos del suelo, que se adaptará al discurrir de la visita museográfica, y de los techos que ayudarán a interpretar desde el punto de vista espacial lo que fue la antigua judería, todo ello bajo una cuidada iluminación artificial que permitirá resaltar los aspectos más importantes del tesoro arqueológico judío y recrear su antiguo volumen mediante cortinas de luz.
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Los arquitectos han diseñado un espacio minimalista con nuevos planos del suelo, que se adaptará al discurrir de la visita museográfica, y de los techos que ayudarán a interpretar desde el punto de vista espacial lo que fue la antigua judería, todo ello bajo una cuidada iluminación artificial que permitirá resaltar los aspectos más importantes del tesoro arqueológico judío y recrear su antiguo volumen mediante cortinas deluz
El museo que albergará este espacio se integrará en el futuro parador de turismo del castillo, bajo el que la sinagoga estará protegida por un contenedor de 43 metros de largo por 27 de ancho.
En el caso de la sinagoga se utilizará fibra óptica para simular y definir el perímetro que tuvo el templo semita y la escenografía lumínica servirá también como recurso expositivo, mediante el uso, por ejemplo, de cajas de luz retroiluminadas. La luz remarcará también cambios temáticos en la visita y definirá el recorrido del visitante, que será además ilustrado con otros elementos intangibles como proyecciones sobre la vida de la colonia sefardí en Lorca, música de la época y aromas que envolvieron la presencia judía en el municipio.
El proyecto de musealización de la sinagoga y de la casa número siete de la judería no son aún definitivos, y están sujetos a nuevos estudios y a posibles cambios, algunos de ellos derivados de la posibilidad de que el templo vuelva a ser usado en algún momento como zona de culto para la comunidad judía, que ya ha expresado tal deseo a las autoridades municipales y autonómicas.
En la sinagoga se utilizará fibra óptica para simular y definir el perímetro que tuvo el templo semita y la escenografía lumínica servirá también como recurso expositivo, mediante el uso, por ejemplo, de cajas de luz retroiluminadas.
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