El para muchos desconocido
Luís de Santángel era miembro converso de
una familia de origen judío-aragonés de Calatayud o Daroca y que se radicó en Valencia. Su padre
se enriqueció gracias a diversos negocios y la concesión de Juan II del arriendo
de los derechos que debían pagar los genoveses asentados en
Valencia. Juan II concedió a
Santángel
la recaudación de los intereses reales en
Valencia, pasando a trabajar en 1478
directamente para la Corona. En 1481 alcanza el cargo de
Escribano de Ración y su función principal en
la
Corte del Rey Fernando era la
financiera: prestar dinero al Monarca, que éste después le devolvería con cargo
a diversas rentas. Su influencia por esto va aumentando en la Corte y hace que
Fernando el Católico asuma su protección
frente a la
Inquisición. Así, el 30 de
mayo de 1497 obtuvo de
Isabel y
Fernando un privilegio excepcional: los
estatutos de limpieza de sangre. De esta forma
,y pese a sus orígenes, ni él ni sus descendientes podrían ser llevados en
adelante a los
Tribunales del Santo
Oficio. Sin embargo, por su posición y por el hecho de ser judío, fue el
blanco de muchos intentos por deshacerse de él. El Rey le consideraba
fundamental y por ello asumió su protección frente a la Inquisición.
En 1497,
el Rey le recompensó con los bienes confiscados a los herejes en el Reino de Valencia. Además organizó junto con
Francisco Pinelo, la salida desde Cartagena de contingentes de judíos con
dirección a Italia y los Balcanes para su salvación. Pero su mayor hito
es que fue determinante para la consecución de la expedición de
Cristóbal Colón, al que conoció en el año 1486.
Colón, tras entrevistarse con los reyes
y no lograr convencerles, decidió marchar a
Francia para ofrecer sus servicios al monarca
galo. En ese momento conoció a
Santángel, quien, tras conseguir que los reyes
volvieran a escuchar al navegante, se ofreció él mismo para financiar el
proyecto, propiciando que los monarcas aceptaran las pretenciosas condiciones
impuestas por el futuro Almirante en las
Capitulaciones de Santa Fe, que fueron
firmadas por
Santángel como secretario del Rey. Por
este motivo
Colón guardó mucho aprecio
al valenciano, siendo
Santángel sin duda
el artífice del viaje y de los primeros a quien contó el éxito de su empresa.
Falleció en el año 1498 y sus restos descansan en el
Monasterio de la Trinidad de
Valencia como así lo atestigua una losa
lapidaria.